Transformar la casa en un lugar de trabajo puede tener consecuencias psicológicas y, en mayor o menor medida, todos lo estamos comprobando. Estos son los efectos emocionales del teletrabajo y algunos consejos para minimizarlos.
Si bien es cierto que el poder trabajar a distancia es una puerta que abre un gran abanico de posibilidades laborales, también es el origen, sobre todo a largo plazo, de importantes consecuencias negativas sobre la salud mental. A continuación, los principales efectos emocionales del teletrabajo y una breve recopilación de consejos para paliarlos.
«El teletrabajo confunde los límites entre el trabajo y la vida personal»
Jon Messenger
Según explica Jon Messenger, especialista de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), «el uso de las tecnologías de la comunicación modernas contribuye a conciliar mejor la vida profesional y personal pero, al mismo tiempo, también confunde los límites entre el trabajo y la vida personal, en función del lugar de trabajo y las características de las diferentes ocupaciones».
Así pues, queda definido la primera gran consecuencia del teletrabajo: la difuminación de la línea que separa el trabajo de todo lo demás. Para paliar esta parte negativa de los efectos emocionales del teletrabajo, resulta necesario establecer límites y horarios para separar el tiempo de trabajo del tiempo dedicado a otras tareas, así como al descanso.

Esto resulta más difícil puesto que, al teletrabajar, todas las tareas, tanto laborales como de ocio o descanso, se dan en el mismo entorno, lo cual complica el establecimiento de límites.
«Es particularmente importante garantizar que sean respetados períodos mínimos de descanso»
Oscar Vargas
En esta línea, «es particularmente importante garantizar que sean respetados períodos mínimos de descanso, a fin de evitar los efectos negativos sobre la salud y el bienestar de los trabajadores», explica Oscar Vargas, de Eurofound, la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo.
Otro de los efectos emocionales del teletrabajo es la sensación de soledad. El no acudir a desarrollar el trabajo en un entorno compartido con otros colegas, puede reducir considerablemente la experiencia social de las personas. Este problema se ve incrementado, además, en este contexto de emergencia sanitaria marcada por restricciones principalmente de la actividad social.
Trabajar desde casa fomenta la sensación de soledad
Para paliarlo, es aconsejable hacer uso de las tecnologías de la comunicación y fomentar los encuentros, aunque virtuales, para promover la interacción audiovisual. No obstante, estos ciber-encuentros no podrán sustituir ni equipararse a la actividad social desarrollada en un entorno laboral tradicional.
Por último, otro de los efectos emocionales del teletrabajo de mayor relevancia, son los altos niveles de ansiedad y estrés que puede desencadenar.
La avalancha de innovaciones genera incertidumbre, la cual va de la mano de la ansiedad y el estrés
Por mucho que se alude a la habilidad del hombre moderno de adaptarse a la novedad, la adaptación a tantos cambios estructurales en bloque no resulta fácil. Así, esta avalancha de innovaciones genera una sensación de incertidumbre, la cual va de la mano de la ansiedad y el estrés.

Además, todas estas emociones se ven intensificadas por la incertidumbre en relación a la duración de esta situación, ¿será el teletrabajo la forma de desarrollo laboral del próximo año?, ¿o de la próxima década? ¿Se instaurará para siempre como nueva forma de trabajo? Todas estas incógnitas generan inseguridad.
La forma de minimizar estas emociones, no es negarlas, sino aceptarlas, entenderlas y tratar de controlarlas. Además, garantizar una serie de prácticas que ayuden a cuidar la salud mental, para estar así en mejores condiciones para abordar todas estas nuevas sensaciones y emociones.
Para ello, como se ha explicado antes, es imprescindible el trazado de límites y horarios que incluyan importantes periodos de descanso. Asimismo, es importante cuidar la alimentación y no perder la práctica de ejercicio con cierta regularidad y constancia. De este modo se establece un estado de bienestar físico y emocional que permite enfrentarse a todos estos nuevos retos con una mejor disposición.