Cada vez es más frecuente escuchar hablar del rasgo PAS en ciencia y divulgación, pero ¿qué significa ser una Persona Altamente Sensible?
La primera vez que se habló del término PAS (Persona Altamente Sensible) fue en 1944 en las investigaciones dirigidas por la doctora Elaine Aron junto a su marido Arthur Aron, quienes llegaron a la conclusión de que aproximadamente un 20% de la población tiene alta sensibilidad.
Según los Aron, la alta sensibilidad se da cuando el sistema neurosensorial de una persona está más desarrollado que el de la mayoría de la gente y, debido a esto, recibe mucha más información sensorial simultánea que alguien con una sensibilidad media.
¿Por qué?
Según Elaine y Arthur Aron, la alta sensibilidad es un rasgo hereditario. No es un trastorno ni una patología, es una característica relativamente frecuente –la poseen 2 de cada 10 personas, hombres y mujeres por igual– y con la que se nace.
No obstante, se va desarrollando a lo largo de la vida, y es posible contar con herramientas que mejoren la calidad de vida de las personas PAS, para evitar así el sufrimiento excesivo que puede producir el hecho de ser altamente sensible a los sucesos y experiencias negativas.
¿Cómo es una PAS?
Cada persona es diferente y puede manifestar la alta sensibilidad de manera distinta. Sin embargo, hay algunas características principales que suelen compartir todas las personas altamente sensibles.
En general, una persona con alta sensibilidad suele tener tendencia a la reflexión. Así, para procesar una información recibida es probable que le dé muchas vueltas a fin de lograr una mayor comprensión.
Es frecuente que las personas altamente sensibles se saturen y sientan una sobreestimulación debido al procesamiento de mucha información a la vez, tanto sensorial como emocional.
Estas personas presentan una sensibilidad elevada no solo en los estímulos percibidos por los cinco sentidos –vista, tacto, oído, gusto, olfato– sino también a la hora de percibir detalles y pequeños cambios en su entorno o en las emociones de las personas que lo conforman. Así pues, suelen ser personas más empáticas.
Por último, una persona altamente sensible vive, habitualmente, con mucha emocionalidad. Es decir, estas personas suelen tener más facilidad para emocionarse ante situaciones, tanto buenas como malas, pues experimentan las emociones de una manera más intensa.

Además de las principales características mencionadas, las PAS suelen tener también otros rasgos comunes. De este modo, suelen sentir la necesidad de caer bien y ser aceptados por su entorno, tienen tendencia a evitar conflictos, son detallistas, perfeccionistas e intuitivos.
Es frecuente que las personas con alta sensibilidad se sientan incomprendidas. Sin embargo, es muy importante ser consciente de que estas sensibilidades existen para poder desarrollar más la empatía con las personas que las tienen y saber adaptarse a las necesidades psicosociales de cada persona en cada momento.
Actualmente, cada vez son más los profesionales que muestran interés por formarse en el rasgo PAS a fin de aumentar el conocimiento sobre este y poder ayudar a quienes lo tienen y a la sociedad en general, puesto que esto facilitaría el bienestar y la convivencia.