¿Has oído hablar de esta fobia? La hafefobia, el miedo a ser tocado, es un miedo irracional que aflora, se intensifica y se expande a causa de la pandemia
Durante la pandemia se han potenciado ciertas fobias. Algunas de ellas son la agorafobia, el síndrome de la cabaña o la hafefobia, el miedo a ser tocado. ¿Por qué? ¿Y qué consecuencias tiene esto?
El miedo a ser tocado está siendo fruto especialmente de la distancia social prolongada, los mensajes sobre el contagio por contacto físico y la situación de alerta en la que la sociedad se ha visto sumergida durante los últimos meses. Si bien es cierto que hay un peligro real y es frecuente tener este miedo, se convierte en un problema cuando se tiene en un alto grado y de manera irracional.

Un auge de la hafefobia puede tener consecuencias especialmente preocupantes en niños y personas mayores
Según declaró la psicóloga Gracia Vinagre para la agencia EFE, «volveremos a relacionarnos supuestamente como antes» pero «los niños se están desarrollando y necesitan más el contacto». Es decir, en la etapa de desarrollo, el miedo al contacto puede causar trastornos futuros.
Por ello, Vinagre opina que se debe intensificar el contacto y las muestras de cariño en entornos familiares y seguros, «para que la carencia no sea tan evidente» y para evitar que los niños interioricen que tocar a alguien es un peligro.
Por otro lado, según explicó la psicóloga Nika Vázquez para la misma agencia, «el no tener contacto físico tiene que ver con cómo analiza el cerebro la realidad» y esto podría hacer que la falta de contacto «se convierta en un estilo de vida».

«El peligro está ahí pero hay que verlo en su justa medida»
En los mayores, el desarrollo de la hafefobia, el miedo a ser tocado, puede llevar a situaciones de aislamiento. Según el psicólogo Enric Valls, la tercera edad ya vive en una situación de «soledad individual evolutiva por no trabajar o tener limitaciones físicas», la cual se puede ver intensificada por esta fobia. «Hay personas mayores que desde marzo no han salido de casa», explicó Valls.
Ante esta situación, los expertos recomiendan estar más pendientes de las personas mayores para que «no se aíslen», porque «el peligro está ahí pero hay que verlo en su justa medida».
