En la actualidad, la forma de comunicarnos ha cambiado debido al crecimiento de internet y la evolución de las telecomunicaciones, pero ¿qué consecuencias tiene esto a nivel emocional? Y, concretamente, ¿cuáles son los efectos de las redes sociales sobre la autoestima?
Los efectos emocionales de las redes sociales son muchos. El uso habitual o abusivo de ellas suele asociarse a una serie de efectos negativos, que son: tristeza, estrés o soledad. Además, los efectos de las redes sociales sobre la autoestima también suelen ser negativos, ya que suelen llevar a una baja autoestima.
Esto se debe, principalmente, a que aquellas personas que usan con mucha frecuencia las redes tienden a pensar que la vida de los demás es idílica y libre de problemas –puesto que la mayoría de gente no publicará en sus redes sus problemas– y esto les hace sentirse insuficientes o infelices ante tanta cantidad de felicidad y perfección ajena.
Las redes sociales están estrechamente relacionadas con la comparación y la búsqueda de aprobación externa
Otra razón por la que los efectos de las redes sociales sobre la autoestima suelen ser negativos es que en ellas uno no suele mostrarse tal y como es, sino que pretende crear una imagen mejorada, buscando likes y aprobación social. Esto lleva muchas veces a obsesionarse con esta necesidad de aceptación y halago de los demás, cruzando el límite de la salud mental.

Resulta interesante, además, el creciente uso de las redes basadas en la imagen (Instagram, Tik tok…), en detrimento de aquellas donde uno expresa sus ideas mediante palabras y textos (Twitter, foros…). Esto hace que los efectos de las redes sociales sobre la autoestima se concentren sobre todo en la autoestima proveniente de la imagen, causando problemas de aceptación del físico más que de la inteligencia o las ideas.

La clave para un buen uso de las redes, por lo tanto, parece estar en la responsabilidad –en no hacer un uso abusivo de ellas– y en no perder el contacto con la realidad, que en muchas ocasiones no suele ser muy parecida a la pseudorealidad que se expone en estas, retocada y disfrazada.
Aún con todo ello, la doctora Amori Mikami, de la Universidad de Columbia Británica, apunta que «algunas personas parecen tener mayor riesgo de efectos negativos de los medios de comunicación social» que otras. Por lo que no existe un manual general de uso adecuado de las redes, sino que cada persona debe conocerse, reconocer sus emociones y sus límites y gestionar su actividad según estas nociones.