Con la entrada de un nuevo año, nuestra mente se reinicia y nos marcamos propósitos y límites para los siguientes doce meses. En la práctica, resulta imprescindible registrar el proceso que realizamos para ser plenamente conscientes de nuestros progresos —lo que mejorará nuestra autoestima—. Pero… ¿Cómo podemos hacerlo de manera agradable? Con una herramienta muy sencilla, visual y positiva: el Calendario Emocional.

Agendas, calendarios, planificadores, checklist… Estamos más que equipados personal y profesionalmente para el año que acaba de comenzar. Pero, ¿por qué no hacerlo también de manera emocional? Cada ser humano está compuesto por múltiples emociones, sentimientos y comportamientos, y gestionar este gran universo no es una tarea sencilla. El Calendario Emocional cumple con esa finalidad: medir y representar gráficamente lo que sentimos o queremos conseguir. ¿Quieres sacarle el máximo partido a esta herramienta? Te contamos paso a paso cómo utilizarlo.
1. COGE LÁPIZ Y PAPEL Y HAZ BALANCE
Parece fácil, pero es el paso más importante antes de estrenar el calendario. Es necesario que te sientes, reflexiones, cojas lápiz y papel y crees dos listas paralelas: una de ellas dedicada a los retos a los que te has enfrentado en 2020 y otra, a las emociones que has sentido en cada una de esas situaciones. Esto te ayudará a concretar aquellos aspectos en los que debes trabajar en 2021. Tras este balance emocional estarás preparado para plantearte nuevos retos en los próximos meses.
2. ESTABLECE TUS PROPÓSITOS U OBJETIVOS
Recuerda que estos propósitos deben ser realistas. ¿Por qué? Solemos frustrarnos cuando no los conseguimos; por eso, un objetivo pequeño y alcanzable será más fácil de cumplir y nos aportará plena satisfacción. La clave es dosificarlos y sentir constantemente las recompensas del buen resultado. En este caso, el Calendario Emocional es válido para registrar cualquier tipo de metas y emociones implicadas: desde cuestiones como hacer dieta o deporte, hasta los periodos de ansiedad y estrés o enfermedades.

3. CONECTA CON EL CALENDARIO
Quítale el envoltorio, curiosea los círculos grises, coteja el tamaño (50×70, A3 o A4) y comprueba que es el adecuado para ti. Visualiza el calendario y conecta con él. Va a ser tu compañero durante muchos meses y va a ayudarte con tu salud mental y emocional: es importante que te sientas cómodo/a trabajando con él.
4. ¡EMPIEZA HOY MISMO!
Una de las ventajas de este calendario, que no tiene ninguna otra agenda o checklist, es su carácter atemporal. Está compuesto por los doce meses del año y sus días correspondientes (del 1 al 28, 29, 30 o 31), pero no matiza en el día de la semana en concreto que representa. De este modo, da igual cuándo empieces a usarlo; puede ser la semana que viene, mañana o incluso… ¡Ahora mismo! Además, puedes marcarte diferentes periodos de tiempo para registrar tus progresos y utilizar un mismo calendario para varios propósitos.

5. RASCA Y ANOTA
Una vez marcados los aspectos a los que debemos hacer seguimiento, llega la hora de rascar. Coge una moneda y rasca cada día el nivel de tu progreso. Por ejemplo, si hoy has tenido un gran episodio de ansiedad, deberás rascar el círculo completo. En cambio, si ha sido un pequeño episodio de ansiedad, rasca solo medio círculo. No olvides hacer anotaciones en los márgenes del calendario (y en los propios círculos) que aporten información relevante para hacer una autoevaluación precisa cuando finalice el periodo de seguimiento.
6. PONLO EN UN LUGAR VISIBLE
¿Pensabas guardarlo en un cajón? ¡Error! Restamos importancia a las cosas guardadas o escondidas, lo que acaba haciendo que las olvidemos. Por ese motivo nos ponemos mil alarmas en el móvil, recordatorios, post-it con tareas urgentes… Aquí ocurre lo mismo. Cuanto más visible esté el calendario, mejor. Cuélgalo al lado del escritorio, junto al reloj de la cocina o apóyalo en esa planta tan verde del salón. Cualquier lugar de paso en el que inviertas mucho tiempo al cabo del día es idóneo. ¡No perderás la motivación!
7. CELEBRA TUS RESULTADOS
Han pasado tres meses desde que empezaste a utilizarlo. De vez en cuando has ojeado tus anotaciones y tienes una visión general del progreso, pero no te has parado a hacer un cómputo global. ¿Por qué no evaluamos tu resultado? Ahá. Efectivamente. ¡Tu progreso es genial! A pesar de los días grises, tus resultados son buenos y se aprecia tu capacidad para crecer y aprender de tus emociones. Celébralo, ¡te lo mereces!

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