¿Cómo controlar las emociones cuando estudio?
En época de exámenes nos obligamos a mantener una buena concentración lo que requiere un esfuerzo mental. Para ello es necesario autocontrol, pero ¿cómo controlar las emociones cuando estudio?
Una de las emociones más comunes entre los estudiantes es la preocupación, que en este sentido pertenece a la galaxia ansiedad. La preocupación es una inquietud frente a algo que capta nuestra atención y que aún no ha ocurrido. En cierto sentido, es una búsqueda de lo que puede ir mal y cómo evitarlo. Y esto es bueno si se hace con equilibrio, lo malo es exagerarlo.
La ansiedad es desproporcionadamente intensa. Su función es aportar soluciones a los peligros de la vida. Hay que tener en cuenta que las emociones tan intensas pueden absorber nuestra atención y perturbar nuestro estado de concentración.
Otras emociones vinculadas con la ansiedad y que experimentamos bajo presión son el estrés y el nerviosismo.

Así, una respuesta a la pregunta «¿Cómo controlar las emociones cuando estudio?» puede ser, en primer lugar, confiar en las capacidades de uno mismo y mejorar la organización. Lo primero, hará que no se genere un miedo desproporcionado a los retos y que derive en ansiedad. Lo segundo proporcionará una sensación de control que aliviará emociones como el estrés y la preocupación desmesuradas.
Por otra parte, hay quien emplea sus emociones para motivarse y se centra en ser productivo. La motivación está ligada a emociones positivas como el ánimo, el entusiasmo y la ilusión.
Los estados de ánimo positivos aumentan la capacidad de estudio ayudando a pensar con más claridad y facilita la soluciones a los problemas.

Gestionar las emociones es la base del aprendizaje social y emocional. Pero para ello es imprescindible identificarlas y situarlas previamente y, a partir de ahí, trabajar con ellas cuando aparezcan.
El riesgo es algo que se pone y la incertidumbre es lo que provoca después