Lo que podemos decir es que si analizamos profundamente lo que es la felicidad, probablemente lleguemos a la conclusión de que tiene mucho que ver con estados emocionales positivos. Tal vez sea más un sentimiento que una emoción. Tal vez sea un estado de ánimo. También se puede interpretar como un fenómeno afectivo caracterizado por la vivencia de emociones positivas. Lo cierto es que lo que más deseamos en esta vida es experimentar estados emocionales caracterizados por la satisfacción, el bienestar, la armonía, el equilibrio, la plenitud y la felicidad.
En la literatura científica muchas veces se prefiere utilizar bienestar en lugar de felicidad. Se puede utilizar bienestar emocional, bienestar subjetivo, bienestar psicológico, bienestar personal, etc. Si bien hay matices entre estas expresiones, todas ellas se aproximan al concepto de felicidad.
La mayor felicidad procede del amor. También la mayor alegría procede del amor. Ya hemos señalado que una de las mayores alegrías y de las mayores fuentes de felicidad es el nacimiento del primer hijo o hija. Esto es amor en estado puro. Las dos afirmaciones con las que se inicia este párrafo señalan una relación directa entre alegría, amor y felicidad, de tal forma que muchos estudiosos de las emociones consideran una sola emoción positiva: la alegría, que incluye amor y felicidad.

En el modelo de universo emocional que presentamos, además de la alegría, se incluye el amor y la felicidad como galaxias distintas. Esto se justifica en la concepción de que estas galaxias (alegría, amor y felicidad) representan el universo emocional en expansión. De esta forma, en lugar del habitual 3 a 1 (miedo, ira, tristeza – alegría), abogamos por un equilibrio emocional de 3 a 3, como mínimo. Esto supone incluir tres positivas (alegría, amor y felicidad) en igualdad de las negativas (miedo, ira, tristeza). Lo cual no se corresponde con las clasificaciones más habituales de las emociones básicas. El cartel del Universo de Emociones es una propuesta para la educación del futuro, donde la expansión del universo emocional por el lado positivo es algo a potenciar a través de la educación en la familia, en la escuela, en la sociedad y en la política. Es algo a potenciar entre todas las personas.

En la práctica, no nos conformamos con el 3 a 3, sino que hemos de invertir la tendencia: 1 a 3. Es decir, para cada emoción negativa hemos de procurar experimentar 3 positivas. Todos nosotros podemos contribuir a que las personas de nuestro entorno experimenten como mínimo tres emociones positivas por cada negativa. Una forma de hacerlo consiste en proporcionar tres informaciones positivas por cada negativa. Por ejemplo, tres alabanzas por cada observación negativa. Cada crítica o queja debe ir precedida de tres observaciones positivas (reconocimiento de logros, esfuerzos, buena voluntad).
No es fácil. Pero es posible. Para ello se requiere voluntad y actitud positiva. Si nos lo proponemos, esto contribuye al bienestar general y supone expandir el universo emocional por la parte de las emociones positivas.
Gracias por esta publicación. Me pregunto, en el caso de personas que no tienen hijos, ¿Cuál podría considerarse su mayor fuente de felicidad? ¿cómo podría un niño ser enseñado a identificar su mayor fuente de felicidad? ¿Existen estudios en ambos casos? Gracias por el apoyo.